Giniteando vs Jineteando. Primera Parte.

“ Eres precisa en el ritmo, exacta en el gemido, 
dócil a las maneras del amor.”
Jaime Sabines.

A propósito del nombre de mi blog, del que he hablado poco y es una deuda con mis lectores, tal vez sea un fallo de mi parte o simplemente porque esta palabra para nosotros los cubanos, tiene un significado muy especial y ¿Por qué no decirlo? Porque nos duele, si duele hablar del tema, aunque en mi caso, que he sido testigo de los acontecimientos insólitos de nuestro país, un poco que, si bien, no voy a justificar la prostitución, voy a tratar de hablar de las jineteras y jineteros sin pasarles la cuenta por la crudeza de la historia que les tocó representar y toda la carga ética y de valores que ello representa, quiero ser indulgente porque de alguna manera somos víctimas y no victimarios y dejaré que el tiempo en complicidad con la Historia se ocupe de tema, demasiado inmediato para mí, no es historia, aún sigue siendo noticia. Así que vuelvo a mi Habana querida desde donde me siento en mi butaca virtual a verlos pasar.
Jinetear es sinónimo de cabalgar: galopar - montar - trotar – jinetear. Ir a galope el caballo, montar a caballo. Ese es el verdadero significado de la palabra, pero en mi país y en otros muchos hispanohablantes la palabra por el uso que le damos se matiza y adquiere otros, en Cuba, siempre le hemos dado la significación de resolver algo a nuestra manera hasta conseguir lo que queremos, no importan los riesgos que haya que pasar, en el mejor sentido, no se trata de cometer un delito para conseguirlo, hasta ahí el uso que le dimos a este vocablo, hasta que aparece en el isla una nueva forma de prostitución con la llegada del turismo, la palabra abrió sus significados y se tiño de uno peyorativo, jinetear fue entonces salir en busca de personas con posibilidades para hacer el sexo por algún beneficio, ya sea dinero o bienes como ropa, comida, un rato en un centro prohibido a los nacionales y con acceso solo a turistas y empezaron a aparecer jineteras y jineteros.




No tiene nada que ver con mi nombre esta nueva acepción de la palabra, aproveché mi diminutivo Gini, le añadí el morfema "eando" que significa una acción que se repite por un intervalo de tiempo corto, como picotear, picoteando y salió Giniteando, as le añadía un toque algo irónico y picaresco, al nombre del blog y me hacia sentirme mas en casa, eso es todo, pero hoy quise aclararles el título del blog y hablar de este fenómeno social de los cubanos que es el jineterismo.



Las jineteras surgieron en Cuba cuando la situación económica del régimen bajo el sistema socialista había demostrado su incapacidad de producir bienes para satisfacer las necesidades más elementales de la población, el campo de la URSS y el resto de los países socialistas se iba desmoronando y el gobierno de Cuba, que siempre pensé que era el más socialista del mundo, incluyendo a los rusos o bolos como solíamos llamarlos allá. Bueno, decía que la dictadura totalitaria, pues todos los países del campo socialista tenían que caer en esas formas dictatoriales  para mantenerse en el poder, lo que ya no es un secreto para nadie, después que el socialismo demostró que como utopía, como ideología no cumplía con los postulados, pues no crean que me he perdido de lo que anuncie que quería hablarles, para nada, porque el jinetrerismo y ahora si lo expresé bien, porque participaron los dos sexos, tanto muchachos como muchachos y personas no tan muchachos que actuaban de intermediarios, lo que siempre se conoció en mi país, como chulos, surge precisamente a consecuencia de todo esto y algunas cosas más, yo diría que la pobreza en que se fue sumiendo el país, la miseria material no venía sola, venia acompañada de la pérdida de valores y ahí se van complicando las cosas.


Cuba, para sobrevivir a la destrucción del sistema tuvo que hacer concesiones al capitalismo y algo paradójico y hasta risible, si no fuera por toda la carga de dolor que trae aparejado, recuerdo a los dirigentes expresar, “Ahora si vamos a construir el socialismo”, señores, después de más de 30 o 40 años en el poder, aparecerse con eso, a esas alturas, pero así son las cosas allá, algo así como en otras ocasiones me he referido, lo real maravilloso, lo absurdo, como en una buena obra de teatro, pues eso hemos sido durante más de 50 años, una representación macabra del absurdo, en una formidable puesta en escena bajo la actuación de su máximo líder, comandante en jefe, primero en todo y sus secuaces. Ahora si me he desviado algo, vuelvo al  jineterismo que como una pandemia nos azota y nos sigue azotando y nos hizo famosos en el mundo por nuestras facultades naturales para hacer el amor con que hemos llegado a este planeta y en momentos de crisis, lo redescubrimos en todo su esplendor y aparece como una solución inmediata a todos nuestros males, pues entre las nuevas medidas, era darle algunos remendones, algo se les ocurriría, al socialismo del siglo XX, porque nunca llegaron a su construcción, se inventaron que los turistas extranjeros podían visitar la isla, ahí fue cuando le entro comején al piano.





Llegaron ellos, los turistas, una nueva forma de contracultura moderna se nos avecinaba, llegaban casi todos de Europa, España, los pepes, después les cuento algo de ellos porque de cierta manera estuve algo involucrada; los italianos, fueron los de mayor número que nos visitaban, también venían otros de todas partes del mundo por el morbo que Cuba les provocaba, quizás  soñando en ver cómo se desplomaba la gran revolución cubana, entre estos estaban muchos periodistas de todas partes del mundo. Lo fascinante de todo esto, por algo lo comparaba con una contracultura, ellos traían jabón, si jabones para bañarse y lavar, muchas jóvenes cubanas perdieron sus virginidad por un trozo de jabón, así, como les cuento.




Se perdieron tantos valores que hasta las abuelitas promocionaban a sus nietas y veían en ellas la posibilidad de comer, poder bañarse como las personas decentes, vestirse, perfumarse, con aquellos olores tan ricos que ellos traían y ahí se formó un valluceo de armas tomar.  La gente veía aquello y muy pocos lo condenábamos, podías vivir al lado de una jinetera  y darle los buenos días y hasta preguntarle cómo pasó la noche, no hubo censura por parte de la población, en su mayoría aunque hay que reconocer que siempre existen personas con ciertas características que conservan más las tradiciones y los valores, pero tratándose de comer, de vestir, de bañarse, casi todo estaba justificado, al extremo que un día el comandante en jefe les hizo promoción, en uno de sus abundantes discursos y apariciones televisivas que muchas veces cerraba la programación de los dos canales y sencillamente se le acercaba el director de ICRT a preguntarle si ponían por lo menos la novela que todos veíamos y en ocasiones cuando él miraba para el reloj, o mejor los relojes porque en aquella época le gustaba llevar dos, simplemente decía: - es muy tarde a dormir que hay que levantarse temprano y trabajar. Ponían el patrón de pruebas y aquellos que nos habíamos disparado el discurso para ver la novela, a dormir. Al  Máximo Líder se le ocurrió decir aquella noche: -nuestras jineteras son las más saludables y cultas del mundo, por Dios, claro que tenía que justificar sus logros en la salud y la educación que se le estaban yendo a bolina.







Pues bien, les decía que la sociedad se iba empobreciendo espiritualmente, materialmente ya lo estábamos desde hacía rato, empezó ese desgaste mental de lo que te den cógelo y todos los trapos del patio salieron a la luz, los más feos sentimientos se reforzaron, como la envidia, la muchacha o muchacho jineteros eran diferentes , empezaban a oler como ellos, a mí siempre me ha gustado mucho el perfume y hasta llegué a pensar, pecadora de mí, llegué tarde, cuando olía a Tania y me decía esto es Chanel, había uno que se llamaba Paloma, nada más y nada menos que el nombre de una hija de Picasso y yo tan apabullada con olor a Fiesta, pero bueno , son flaquezas humanas...



Los "pepes", eran los españoles, ellos hicieron zafra y también los apalearon, esto lo cuento después que en la práctica del oficio, nuestras chicas y chicos fueron aprendiendo, no dicen que a palos se entiende. Sigamos, apenas llegaban los asediaban y los pobres diablos que en su país ni p’a una puta tenían aquí en la ex colonia se les ofrecían no más reconocerles la pinta, decía que tuve algo que ver y voy a contarlo. Mi hermano, el malo de la familia, árbol torcido y todo los adjetivos que le vengan bien , era una especie de pillarajo muy astuto y empezó a alquilar un cuarto en si casa a los españoles, tenía la ventaja de nuestros ancestros y aquello fue algo inolvidable para mi, yo no había pedido ser testigo de estos acontecimientos, ni tampoco solicite una mejor época para existir, lo cierto es que conocí a muchos extranjeros, turistas sexuales y a muchas jineteras. 

Al principio, verdad que las muchachas se regalaban, recuerdo a Ignacio, Iñaki, que era un vasco  parado en la península pero hijo de familia, no le faltaban casa y comida y se podía dar el lujo de ir a Cuba a practicar ese nuevo turismo que se había implantado, el Iñaki parece que era muy duro y cuando llegó le preguntó a mi hermano:

-Chucho, ¿tú crees que con una jaboneta pueda conseguir a una chica?

Mi hermano, que como les contaba era una vergüenza para mi viejo padre y todo el resto de la familia, de la que estaba algo excluida yo, rápido le contestó, me parece verlo hacerme el cuento, yo lo quería mucho a pesar de todo.

- Joder, chico, con eso lo único que consigues es que te hagan una…p.... y soltó la palabrota, que en memoria de mi padre y por respeto no escribo.

Continuará… con un nuevo título: En casa de Chucho, en Centro Habana.

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