Compartiendo con Tatiana Inguanzo
Nos hacen falta artistas del pincel y de la pluma que adornen el alma con esos toques de sensualidad donde los estados de ánimo son dados con brochazos de mil colores desde lo profundo del deseo posesivo de las imágenes pintadas con tintes del corazón ... Gracias a ti .
Tatiana Inguazo:
Sabes a veces rezo a un Dios profano, rezo no oro, de carretilla oraciones conocidas, trilladas, manidas. Este Dios Júpiter, Zeus me consiente los arrebatos iracundos y se ríe conmigo de los pecados que otros me adjudican, goza mi libertad y bebe del cáliz de mi sexo, adorna mis cabellos con caracolas marinas y viste mi cama de margaritas y cabalgamos sobre Pegaso por mundos oníricos, me hace sentir su Afrodita, en rías transparentes me hace el amor y agotados enredados tras la batalla dormitamos sobre el césped de jardines en primavera, como lienzos de pintores flamencos, luego sobre las mesas de sus palacios me sirven sus esclavos exquisitos manjares macerados con especias exóticas, frutas ,vinos, licores su gula , sus excesos me hacen sentir poderosa, mi Dios profano, lúdico, hercúleo, sensual me susurra al oído palabras indescifrables a veces, esas mentiras, promesas necesarias a los sentidos en el juego del amor. Musito oraciones, rezo y despierto feliz, descubro no ha muerto aún la ilusión.
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Gini Miguez Lima
Al llegar a la escena no sé si sumergirme en un cuadro de Rubens o Renoir pero caprichos de la imaginación me traslado al cine y escojo una de esas películas de Visconti donde el lujo, la brillantez, la sensualidad desbordante me evocan a esta dama en sus sueños, vinos y manjares que provocan lujuriosos apetitos, tal vez El gatopardo o la última película, El inocente, me lleven de la mano a esas escenas de un barroquismo inabordable en una descripción entre dioses profanos, hercúleos y lúdicos con ese deseo de posesión sensual y exuberante. Es un despertar con sueños realizados a otra dimensión de la realidad, donde la tormenta de la pasión ha sido oída por los dioses.
georgina miguez lima ©.
Tatiana Inguazo:
Sabes a veces rezo a un Dios profano, rezo no oro, de carretilla oraciones conocidas, trilladas, manidas. Este Dios Júpiter, Zeus me consiente los arrebatos iracundos y se ríe conmigo de los pecados que otros me adjudican, goza mi libertad y bebe del cáliz de mi sexo, adorna mis cabellos con caracolas marinas y viste mi cama de margaritas y cabalgamos sobre Pegaso por mundos oníricos, me hace sentir su Afrodita, en rías transparentes me hace el amor y agotados enredados tras la batalla dormitamos sobre el césped de jardines en primavera, como lienzos de pintores flamencos, luego sobre las mesas de sus palacios me sirven sus esclavos exquisitos manjares macerados con especias exóticas, frutas ,vinos, licores su gula , sus excesos me hacen sentir poderosa, mi Dios profano, lúdico, hercúleo, sensual me susurra al oído palabras indescifrables a veces, esas mentiras, promesas necesarias a los sentidos en el juego del amor. Musito oraciones, rezo y despierto feliz, descubro no ha muerto aún la ilusión.
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Gini Miguez Lima
Al llegar a la escena no sé si sumergirme en un cuadro de Rubens o Renoir pero caprichos de la imaginación me traslado al cine y escojo una de esas películas de Visconti donde el lujo, la brillantez, la sensualidad desbordante me evocan a esta dama en sus sueños, vinos y manjares que provocan lujuriosos apetitos, tal vez El gatopardo o la última película, El inocente, me lleven de la mano a esas escenas de un barroquismo inabordable en una descripción entre dioses profanos, hercúleos y lúdicos con ese deseo de posesión sensual y exuberante. Es un despertar con sueños realizados a otra dimensión de la realidad, donde la tormenta de la pasión ha sido oída por los dioses.
georgina miguez lima ©.
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