Julio Rodríguez Santana nos habla de un poema de Lezama Lima, "La noche" Primera Parte.
Lezama entre sus libros y sus cuadros, al fondo La Flora de Rene Portocarrero. |
Encuentro con un poeta cubano, un estudioso de Lezama, seguidor de sus credos poéticos, incorporándolos a su obra de manera personal y novedosa lo que apreciaremos a través de sus ensayos dedicados a interpretar la concepción del universo poético del gran creador.
Me encuentro frente a la casa de Trocadero 162 donde vivió por muchos años y murió el novelista, ensayista y poeta, José Lezama Lima.
Espero por un amigo, queremos entrar y recoger los fragmentos de la vida del autor que quedaron encerrados en estas vetustas paredes. Mi invitado es una persona muy especial, conocedora de la obra del autor y un verdadero heredero de la sabiduría y de la capacidad de asombro que llevan consigo los grandes creadores donde la realidad hechizada de la que hablara Lezama, a través de las conexiones del lenguaje hacen la aparición de la poesía, él es un gran poeta moderno que vive en los EE.UU.
Ya siento que se acerca...
Estamos en compañía de Julio Rodríguez Santana, tendremos el honor de tenerlo como invitado a este homenaje virtual que queremos los dos rendirle al sabio de Trocadero en un emocionado recordatorio desde las palabras y por qué no, desde la poesía de Julio en un intercambio con el “goloso refinado”. José Lezama Lima.
Estamos en compañía de Julio Rodríguez Santana, tendremos el honor de tenerlo como invitado a este homenaje virtual que queremos los dos rendirle al sabio de Trocadero en un emocionado recordatorio desde las palabras y por qué no, desde la poesía de Julio en un intercambio con el “goloso refinado”. José Lezama Lima.
GML--- Comienzo con mi invitado-entrevistado y más que eso, mi amigo de Facebook.
- ¿Entramos? Julio ¿Algún recuerdo especial frente de nuevo a esta casa? ¿Te es familiar? ¿Te gustaría volver al pasado y rememorar momentos que compartiste con Lezama y sus amigos? ¿Alguna anécdota?
JRS. Trocadero 162.... Largas caminatas por San Lázaro... el tráfico... las conversaciones...más bien el monólogo de una mujer entrada en años que va mostrándome los secretos de la adolescencia que recién comienza... el verbo, las conjugaciones que se dilatan como cabestrillos, la luz...siempre la luz acercándose al atardecer y ese aroma en salitrado que penetra por la piel, que se disfraza de luto por aquellos torbellinos de hollín que se desprenden del monótono y escandaloso paso de las Leyland.
Es increíble, la soledad, el silencio transmutado en simples rayos de luz que caen desde el patio trasero, desde ese corredor doble, entre cuartos o simplemente a la luz del día... ambos corredores siempre muriendo en el comedor, esa atiborrada saleta repleta de emociones, sabidurías, anotaciones, rostros conocidos, pinceladas tan famosas como ese rostro perfecto de la mujer al estrafalario estilo de René, con ese "espantoso sombrero" de flores y colores, con ese mutis coloreado por la prisa, por ese tiempo que jamás podrá ser atrapado...
Trocadero, algo más que el tiempo, una feliz evocación. Mis primeros poemas, mis más sagrados regalos que por desgracia me han sido arrebatados por el destino... sólo queda un Paradiso, casi deshecho por las múltiples lecturas, una mutilada colección de revistas Orígenes, algunas con apuntes, otras desheredadas por el tiempo...quedan esos recuerdos atesorados por un excelente amigo y poeta mexicano, allá están en ese chihuahuas tan idolatrado por sus poemas...
Trocadero es mejor sentarse en la puerta, escuchar el eco de las palabras del maestro... romper la monotonía será ese reto que tantas veces llega como invitado en las tardes agrietadas por la modorra y el añejo olor a recuerdo...
En su casa de Trocadero 162 |
GML--Lo has dicho con el don que el cielo te regaló, tu voz de poeta que regresa a la evocación de tus primeros garabatos en cuadernos escolares .la llegada de la adolescencia y tantas cosas que mezclas en un aguafuerte del mejor de los pintores, nos parece ver las Leyland despidiendo su hollín y el libro todo deshecho de tanto llevarlo y traerlo en una lectura interminable y sobre todo esa linda imagen “el añejo olor a recuerdo “… Pero quiero detenerme en el cuadro de René Portocarrero que parece estar colgado en una de las paredes, lo describes con algunos brochazos que me parece no acariciarlo desde tu mirada, nunca me pareció más bello observar el tiempo atrapado en las pinceladas “estrafalarias del espantoso sombrero ‘, me lo has recreado, yo vuelvo a mirarlo con ojos indulgentes, me gusta ese sombrero... jjaj
GML--- Vamos por el sabio a su mundo que tú conoces muy bien… Me imaginó algo aniñado e inocentón…
JRS---Lo era...un niño grande con mucho conocimiento y una capacidad de asombro increíble... un gran chismoso en el buen sentido de la palabra... le gustaba escuchar los chismes de sus amigos, como no salía casi...allá llegaban los rumores y él los retocaba, los cambiaba un poco y luego los devolvía a sus fuentes ...sus grandes amigos... por eso termino rodeado de puros chismosos (alguno de ellos muy talentosos como Reinaldo Arenas, aunque este último siempre estaba huyendo de la policía...ajajá...ahí tienes tela por donde vestir a los santos...tienes una historia bastante inédita...y a un lector que espera...jajaja
GML---Julio, me gustaría recordar un análisis tuyo a un poema de Lezama ¿Lo recuerdas?
No lo encuentro, a mí me gustó mucho.
JRS ---Está en mi página....En ensayos
GML ---Miré, no es ahí… ajajá El poema se llama La noche y me lo mandaste ¿Te acuerdas de la liebre? Voy a ir por tus cosas, miraré bien los ensayos
JRS ---Está en los ensayos...Ahí está
JRS--Está en mi página.... www.juliorodriguezsantana.com
JRS- --No está ahí...ahora te digo donde fue...se mudó y no aparece registrado en los archivos del carnet de identidad. Deja indago en los CDR y te digo....ajajá
GML--- ¿Cederista destacado? jajjajjajja Yo lo voy a encontrar, lo vi no hace mucho husmeando...
Aquí lo tengo, está largo ese poema lo podemos utilizar mucho, una estrofa y tu opinión y algo mío ¿Te parece?
JRS---Haz lo que quieras....ajajay Pues si...básicamente esos ensayos toman el origen de la palabra y la imagen según Lezama. Sólo que los veo de otra manera y juego con ellos.jajja me divierto y los devuelvo...jajaja...es solo eso.
GML---jaajajjaj... Estoy feliz...ahora me toca demostrar que estoy a la altura de dos grandes poetas! ¡Qué lío, Dios mío!
JRS--Pues si...jajajajaja.
GML---- ¿Y si buscamos un poema más asequible sin tantos simbolismos? Me resulta largo ¿Qué crees?
JRS----Pues no...Protesto...ése está bien y ya está desmenuzado...además es el fundamento de la vida de Lezama...su miedo a la noche...a la muerte, a quedarse solo, a viajar...ahí está la vida de Lezama...paso a paso…
GML –--Nada, ganas democráticamente ajjajajajaja… Eres mi invitado y el verdadero conocedor y seguidor del gran maestro.
Continuamos con La noche y el análisis de Julio Rodríguez Santana quien desentraña la poesía de Lezama como nadie.
GML- ¿Te parece recordar el poema?
Poema Los Fragmentos De La Noche de José Lezama Lima:
Cómo aislar los fragmentos de la noche
para apretar algo con las manos,
como la liebre penetra en su oscuridad
separando dos estrellas
apoyadas en el brillo de la yerba húmeda.
La noche respira en una intocable humedad,
no en el centro de la esfera que vuela,
y todo lo va uniendo,
esquinas o fragmentos,
hasta formar el irrompible tejido de la noche,
sutil y completo como los dedos unidos
que apenas dejan pasar el agua,
como un cestillo mágico
que nada vacío dentro del río.
Yo quería separar mis manos de la noche,
pero se oía una gran sonoridad que no se oía,
como si todo mi cuerpo cayera sobre una serafina
silenciosa en la esquina del templo.
La noche era un reloj no para el tiemposino para la luz,
era un pulpo que era una piedra ,
era una tela como una pizarra llena de ojos.
Yo quería rescatar la noche aislando sus fragmentos,
que nada sabían de un cuerpo,
de una tuba de órgano
sino la sustancia que vuela
desconociendo los pestañeos de la luz.
Quería rescatar la respiración
y se alzaba en su soledad y esplendor,
hasta formar el neuma universal anterior a la aparición del hombre.
La suma respirante
que forma los grandes continentes
de la aurora que sonríe
con zancos infantiles.
Yo quería rescatar los fragmentos de la noche
y formaba una sustancia universal,
comencé entonces a sumergir
los dedos y los ojos en la noche,l
e soltaba todas las amarras a la barcaza.
Era un combate sin término,
entre lo que yo le quería quitar a la noche
y lo que la noche me regalaba.
El sueño, con contornos de diamante,
detenía a la liebre
con orejas de trébol.
Momentáneamente tuve que abandonar la casa
para darle paso a la noche.
Qué brusquedad rompió esa continuidad,
entre la noche trazando el techo,
sosteniéndolo como entre dos nubes
que flotaban en la oscuridad sumergida.
En el comienzo que no anota los nombres,
la llegada de lo diferenciado con campanillas
de acero, con ojos
para la profundidad de las aguas
donde la noche reposaba.
Como en un incendio,
yo quería sacar los recuerdos de la noche,
el tintineo hacia dentro del golpe mate,
como cuando con la palma de la mano
golpeamos la masa de pan
.El sueño volvió a detener a la liebre
que arañaba mis brazos
con palillos de aguarrás.
Riéndose, repartía por mi rostro
grandes cicatrices.
GML-¬ ¿Por qué la noche?
JRS-¬La elección de Lezama fue la noche. Toda su obra está marcada por la noche. La sensación de cohabitar desde el silencio con las praderas no es la imagen precisa que podemos elegir en nuestra inmensidad. No somos parte del retorno, por ello no elegimos el camino a nuestros actos, ya están predeterminados por actos y discursos anteriores. Es la posibilidad, el engrane perfecto para descubrir una vocación que nos conduzca al asombro o a la duda.
Continuaremos con la Segunda Parte.
georgina miguez lima ©.
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