José Martí, una sonrisa malva para la Modernidad.
Quiero ver a José Julián Martí Pérez desde esta hermosa sonrisa que no sé porque la siento malva y la veo en la modernidad de nuestros días. Es una foto muy original, está sentado en el piso con su hijito en los brazos y esa sonrisa...esa sonrisa de satisfacción y a la vez de picardías todo un regalo a los sentidos. Era joven cuando alguien le tiró la foto, la veintena, tal vez unos 25 años, no parece de estudio. No, no es la tradicional fotografía del saquito negro como si solo tuviera uno ¿Quién lo retrato? Tal vez un amigo guardador de secretos y amores encubiertos. Me hubiera gustado tirale la foto y pedirle esa sonrisa- A ver, Pepe, mira aquí, al lente...
Este es el Martí que quiero hoy a mi lado, el hombre de carne y hueso, con el que pueda conversar y gastarnos una broma y ¿por qué no? algún secreto, algún pecado de esos que nunca llegan a la iglesia, como dice un amigo mío, los secretos para que lo sean deben compartirse por lo menos con una persona y esa seria yo pero de todas formas, hoy iré por alguno no tan secreto porque el mismo se ha encargado de divulgarlo, como además es poeta lo dice en verso y es más bonito.
Este es el Martí que quiero hoy a mi lado, el hombre de carne y hueso, con el que pueda conversar y gastarnos una broma y ¿por qué no? algún secreto, algún pecado de esos que nunca llegan a la iglesia, como dice un amigo mío, los secretos para que lo sean deben compartirse por lo menos con una persona y esa seria yo pero de todas formas, hoy iré por alguno no tan secreto porque el mismo se ha encargado de divulgarlo, como además es poeta lo dice en verso y es más bonito.
Me voy a referir al pasaje de la niña de Guatemala y no lo hago con ánimo de juzgarlo ni mucho menos, porque el machismo cubano, siempre ve este episodio con cierta picardía, está bien, tiene su cosa que a mi me encanta.
Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.
Martí era profesor y cónsul en Guatemala, allí conoció a la niña y le escribió un poema a su muerte. Evidentemente hubo flechazo y me atrevo a decir algo más, por su propia voz, “dicen que murió de frio, yo sé que murió de amor", no quedan claras las causas de la muerte, Martí se siente el causante, él está comprometido y va a casarse y regresa con su esposa, pobre niña como habrá sufrido, viéndolo del brazo.... de Carmen.
Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.
Se casó con Carmen Zayas Bazán ¿la amó? Creo que sí, lo que siempre me ha parecido que no hizo una buena elección, no era Carmen dada a la vida de sacrificio que él había escogido para sí, y digo bien, Martí quiso vivir como vivió, qué hubiera sido de él siendo el esposo ideal, no habría fundado un partido político, ni organizado una guerra, no podía ser el marido perfecto, el padre que lleva al niño a la escuela. Desde niño vivió solo allá en el exilio, hizo el compromiso con la patria que le robaron todas sus horas y lo empujaron a Dos Ríos prematuramente, porque los héroes mueren en la juventud como nos cuenta Homero.
No quiero verlo como un santo, todo lleno de gracia como el Ave María, porque no lo fue, tampoco como un pervertido, fue un hombre bueno, un hombre normal, con sus sueños, sus ilusiones, sus penas y sus alegrías, que le gustaran las mujeres y el vino, a mis ojos lo hace más real y maravilloso, la perfección con que han querido casarlo, no lo ha favorecido, porque cuando descubrimos algún defectillo, corremos y hablamos del Apóstol dejemos esa palabra a un lado, para otros momentos que hará falta, hoy no… a mí lado...
Rosario,
En ti pensaba, en tus cabellos
Que el mundo de la sombra envidiaría,
Y puse un punto de mi vida en ellos
Y quise yo soñar que tú eras mía.
En ti pensaba, en tus cabellos
Que el mundo de la sombra envidiaría,
Y puse un punto de mi vida en ellos
Y quise yo soñar que tú eras mía.
Me voy a España, cuando el destierro, el día que junto a un amigo disfrutaba de la actuación de la Bella Otero, su alma se embruja tan pronto salió a la escena la bailarina ....a las musas no hubo que invocarlas y escribe el hermoso poema "La bailarina española”, más que para leer y recitar para representar… taconeo, la bailarina necesita de una rumba flamenca, unas castañuelas y un buen declamador para seguir el baile y los movimientos......entonces que entre la bailarina...está la escena lista.
Pepe la observa y se fascina...tal vez hasta se le escapó algún piropo galante...
El alma trémula y sola
Padece al anochecer:
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española.
Soberbia y pálida llega:
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.
....................................
......................................
Baila muy bien la española;
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca a su rincón
El alma trémula y sola!
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.
....................................
......................................
Baila muy bien la española;
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca a su rincón
El alma trémula y sola!
Me encanta esta poesía de juventud...ah, pero al patriota ya se vislumbra.
Han hecho bien el quitar
el banderín de la acera
porque si esta la bandera
No sé, yo no puedo entrar
Pero amó a España, este hombre formidable supo separar lo malo de la metrópoli de su verdadera nobleza:
el banderín de la acera
porque si esta la bandera
No sé, yo no puedo entrar
Pero amó a España, este hombre formidable supo separar lo malo de la metrópoli de su verdadera nobleza:
Para Aragón en España
tengo yo en mi corazón
un lugar, todo Aragón
franco, fiero, fiel sin saña.
Otro secreto mejor guardado es sobre la paternidad de María Mantilla, la niña de la que guardaba una fotografía en su ropa a la hora de su muerte, los estudiosos de su vida siempre van tras las huellas y empiezan las sospechas por la estancia del poeta en casa de la familia Montilla, siempre fue desmentido por familiares pero el amor de Martí en las cartas escritas a la niña donde combina lo ético y lo estético con un paternal anhelo de formación, poniendo la ternura como elemento afectivo dominante, casi lo desmienten y para muchos es el padre biológico, recuerdo un profesor en la universidad como lo aseguraba.
tengo yo en mi corazón
un lugar, todo Aragón
franco, fiero, fiel sin saña.
Otro secreto mejor guardado es sobre la paternidad de María Mantilla, la niña de la que guardaba una fotografía en su ropa a la hora de su muerte, los estudiosos de su vida siempre van tras las huellas y empiezan las sospechas por la estancia del poeta en casa de la familia Montilla, siempre fue desmentido por familiares pero el amor de Martí en las cartas escritas a la niña donde combina lo ético y lo estético con un paternal anhelo de formación, poniendo la ternura como elemento afectivo dominante, casi lo desmienten y para muchos es el padre biológico, recuerdo un profesor en la universidad como lo aseguraba.
L a última carta desde Cabo Haitiano antes de llegar a la patria, es de una belleza indescriptible.
Marti y Maria Mantilla. |
[Cabo Haitiano, marzo de 1895]
Mi María:
¿Y cómo me doblo yo, y me encojo bien, y voy dentro de esta carta, a darte un abrazo? ¿Y cómo te digo esta manera de pensarte, de todos los momentos, muy finos y penosos, que me despierta y que me acuesta, y cada vez te ve con más ternura y luz? No habrá quien más te quiera; y sólo debes querer más que a mí a quien te quiera más que yo.
¿A que de París, de ese París que veremos un día junto, cuando los hombres me hayan maltratado, y yo te lleve a ver mundo antes de que entres en los peligros de él, a que de París vas a recibir un gran recuerdo mío, por mano de un amigo generoso de Cabo Haitiano, del padre de Rosa Dellundé? Yo voy sembrándote, por donde quiera que vaya, para que te sea amiga la vida. Tú, cada vez que veas la noche oscura, o el sol nublado, piensa en mí.
En mi nombre visita a Benjamincito, y a Aurora, y a Mercedes, a quien escribiré antes de salir de aquí, y ve con ella a llevarle flores a mi pobrecita Patria. Que tu madre sienta todos los días el calor de tus brazos. Que no hagas nunca nada que me dé tristeza, o yo no quisiera que tú hicieses. Que te respeten todos, por decorosa y estudiosa. Que entiendas cuánto, cuánto te quiere
Tu
Marti
Y ¿esa oreja de mi leal Ernesto? Le mando un beso, allí donde se le heló, tú se lo das.
Fue un misterio y seguirá siéndolo porque hemos creado el mito y no pretendo desmitificarlo, no, solo he querido mirarlo a través de esa foto, no en los miles de bustos que nos regaron por toda la isla que en cada uno de esos rincones lo desmitifica más, ni llamarlo constantemente apóstol una palabra con mucha connotación bíblica y Martí no tuvo mucho tiempo para Dios, no fue ateo pero tampoco un devoto ferviente.
Me he referido a algunos momentos de su vida amorosa, hay otros aspectos que también lo humanizan y nos lo acercan al acontecer cotidiano, sin ese hálito divino y apostólico de los de aquí, ni con el discurso socialista que nos lo muestran allá en la isla, los dejaré para otros recuerdos cuando fusil al hombro se va a la manigua y un mal ángel lo abandonó, allá en Dos Ríos.
Abril 23. Del Diario de campaña en Dos Ríos.
"De pronto bajamos a un bosque alto y alegre, los árboles caídos sirven de puente a la primer poza, por sobre mullidas y frescas pedreras, vamos, a grata sombra, al lugar de descanso: al agua corre, las hojas de yagruma blanquean el suelo, traen de la cañada a rastras, para el chubasco, pencas enormes, me acerco al rumor, y veo entre piedras y helechos, por remansos de piedras finas y alegres cascadas, correr el agua limpia."
"De pronto bajamos a un bosque alto y alegre, los árboles caídos sirven de puente a la primer poza, por sobre mullidas y frescas pedreras, vamos, a grata sombra, al lugar de descanso: al agua corre, las hojas de yagruma blanquean el suelo, traen de la cañada a rastras, para el chubasco, pencas enormes, me acerco al rumor, y veo entre piedras y helechos, por remansos de piedras finas y alegres cascadas, correr el agua limpia."
Fue un gran creador, renovó la forma de decir junto a Rubén Darío, un gran luchador y un hombre de carne y hueso que amó intensamente la vida y sus placeres.
Te doy las gracias por existir, por ser cubano y enseñarnos a ver la vida mejor desde esa sonrisa que a mí se me antoja malva.
Y yo te doy las gracias a tí por escribir cómo lo haces y un día cómo hoy, en qué cumple años de fundada nuestra Habana, en qué la nostalgia por ella me embarga, hablar de Nuestro Apóstol hace qué todo el sentimiento aflore. Un beso Gini, y gracias de nuevo.
ResponderEliminargracias , tambien recorde el dia que siempre iba a la ceiba, gracias por tus nostalgias , tambien hoy me asaltan , un abrazo.
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