Las cosas que amo
Vivo llena de gracia como el Ave María,
entre asombros y melancolías. Conozco del buen
vino, tomo Coca Cola y bebo el agua fría.
Me escodo en los palacios rubendarianos y aprendo
el buen arte de la filantropía, que me enseñó a amar al prójimo y compartir el
pan a los que van cargando sus trastos en la espalda del mundo. Amó la poesía,
no me gustan los ermitaños, ni los policías y amo las utopías.
Creo en el misterio de la sabiduría pero también en los
ratones que retan al Cosmos, se ríen del hombre y de sus venenos y viven
salteando entre quesos y rosas porque son audaces y nos enseñan a sentirnos libres dentro de sus escondrijos.
Me gustan los gatos y los atardeceres pero también la noche
cuando cuelga de una guitarra y me olvido del mundo y sueño con
príncipes, caballeros, cortesanas, alpargatas, caracoles, duendes, comadrejas,
lagartijas y besos.
A veces lloro de alegría y otras por las injusticias del
pícaro mundo y mis melancolías. Y si fuera poco el creer, creo en los desafíos
de la naturaleza que un día nos regala frío, otro calor y otras tristezas. A
pesar de todo voy por el mundo persiguiendo las quejas de los moribundos y
busco los fantasmas que viven en el puerto con sus caras de viejos piratas
que ahora son vagabundos que alumbran y asustan al mundo.
Soy un amasijo de contradicciones, busco los secretos y
misterios del hombre que vino sin saber quién lo trajo y lo regó por el mundo y
hasta que no averigüe todos los misterios me invento un castillo de arena,
añejado con el sabor del tiempo, lo lleno de alfombras y voy caminando por la
esfera del mundo entre centuriones y duendes traviesos que me muestran el
camino de las cosas que amo.
No perdono a los que nos hacen llorar por las guerras, ni a los violadores, hipócritas disfrazados de caballeros, bendigo a los hombres buenos y a los aguaceros que descubro tras los vitrales del mundo y anuncian un orden nuevo y no hablan de guerras ni de aparecidos y traen en sus cantos un himno sagrado en el arrullo del viento.
Y entre tanto, busco al caballero y cabalgo a la grupa y le
“doy gracias a la vida y al hombre que amo”.
Me gustó mucho Gini...Siempre, a pesar de todo, debemos dar gracias a la vida. Un abrazo.
ResponderEliminargracias , Jose, por estar aqui en mi rinconcito, dando aliento a mis cosas, un abrazo grande, grande...
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