LA CAMA VACÍA. Capitulo 10 “Tengo miedo”


"Tengo miedo
de los ángeles
de los lirios
y de mis ojos."


-- ¿Cuándo? ¿Cuándo?....Yen, que te estoy preguntando…Por favor ¿Cuándoo?


-- Eh, Yami y ese desespero, ya lo sabrás, es bien pronto y ahora me tengo que ir, un beso… 
Pero si estás llorando y temblando mujer, no te pongas así, está vivo y viene de vacaciones. Mira, como te veo tan nerviosa te voy a dar un adelanto, un adelantito, ven, acércate… 

Qué cruel resultaba todo, ella lo sabía por boca de su padre el General de División, a mí no se me informaba nada, como era mi amiga me daba el parte, me limpié el rostro con mis manos, la apreté contra mi pecho y dejé que se marchara, sin decirme nada, su padre sólo la autorizó para eso, y si Javier por alguna razón no podía venir, todo se quedaría en el silencio de las conversaciones rotas por mis lágrimas, por mis culpas.

-- Mami.

-- Pero niña ¿Qué está pasando? ¿Qué pasa Yamila? deja de dar gritos que para darlos estoy yo.


 Le gritaba histérica, me había convertido en mamá y papá y ese rol no siempre me salía bien, pero, nada ella seguía dando gritos.

 -- Mama, que están tocando en la puerta.

Mi vecina Juliana se acercaba con mi hijo Javier bañado en sangre, sentí que todas las fuerzas de mi cuerpo se me escapaban, se me nublaba la vista y sólo veía una mancha roja cubriendolo todo.

---No te asustes, tranquila que de esa parte sale mucha sangre-- Me decía mi vecina que lo traía casi cargado.


---Al fin pude hablar ¿Qué le pasó, qué le pasó?


---Mami a Javi, Yosvany, el loco, el hijo de Sofía, le tiró una piedra por la cabeza, se la tiró, yo lo vi.  mami. ---gritaba Yamila.


----No es nada---decía Juliana, mi vecina, habitual espectadora de mis pequeñas desgracias,.


---Limpié la sangre y me fui recuperando del susto. Ahora al policlínicos.


---Ya estaba oscureciendo cuando siento que tocan a la puerta ssssss, les hice a los niños.

 No quería visitas inoportunas, iba a escribir una carta trascendental para mi vida y necesitaba que los niños fueran a la cama temprano… pero insistían.

-- Sssssssssssss, asómate Yami por la rendijita. 
Le hice un gesto con la mano interrogándola y con cuánta mueca pude...  ¿Quién? ¿Quién?

---Yosvany con su mamá.---Me decía casi en un susurro, mientras aleteaba sus mamitas como asustada.

--- Ábrele la puerta, Yami.


Entró como Pedro por su casa. Ay...  No... No,así no, así no me vengas con tus quejas a esta hora y con el día que he tenido.  No te voy a atender aunque me llames a la policía. Pensaba para mis adentros, mientras le mostraba mi rostro bien serio,  casi  retándola.

--- ¿Yamila, ya sabes lo que pasó esta tarde?


-- Ay, Dios mío, a esta hora y con ese recado. Sentí que algo se me rompía por dentro y la lengua se me desataba.

---Sí, lo sé, cosas de muchachos, ya Javi está en su cuarto, gracias por venir a pedir disculpas. Para qué
 fue eso.

---No vengo a pedir disculpas, no faltara mas que casi te maten al muchacho y vengas a pedir disculpas, vengo a darte las quejas de Javier y soy yo la que esta esperando por las tuyas. Si no haces nada con tu hijo  voy al Comité...blablablá... ya no escuché más nada que ese bla, bla, bla...

Sus últimas palabras eran ladridos que me dañaban el oído…. Santa Teresita de Jesús , Changó, lo que sea…Ay ,no…darme quejas a mí y a estas horas…no, no…y con la cabeza como la tenía.
Me decía mientras la miraba de arriba abajo y salió la impredecible, la que no piensa mucho en dar una respuesta inesperada.

-- Sofía, no sé si sabrás que desde que Javier no está, tengo un horario para recibir quejas de 3 de la mañana a 5, así que ya sabes, no te puedo atender ahora.

Lo dije sin pensarlo mucho, de carretilla, ya me tenía cansada de tantas quejas, cada vez que Javierito hacía algo, ahí estaba ella con su hijito de la mano, pero el colmo ahora se lo había tomado bien en serio.

---Sí, todos en el barrio conocemos de tus horarios, me supongo que los cambies cuando tu marido regrese. 


Lo decía con tanta ironía, con una risita socarrona, se burlaba de mí. Me quedé sin respuesta, solo reaccioné cuando mi hija me preguntaba algo acerca de esos horarios.
 Estaba en boca de todos y el mundo se desmoronaba a mis pies, La miré de nuevo y sentía que me descubría y casi me miraba con compasión, nunca me gustó que nadie sintiera lástima de mí y por poco la echo de un tirón, me quedé en la puerta, señalándole el camino.

-- Nada, hija, no entendí lo que me quiso decir, vamos a dormir.

-- ¿A qué vino Yenesey?  ¿Trajo noticias de papá ? ¿Trajo cartas?  Me cogía por la barbilla para que la atendiera. Te estoy hablando.


---Sí, trajo, mañana les cuento.


---No, ahora, ahora, ven…  coge un ladito y me haces un cuento y me hablas de papá.


---Había una vez una princesa tan linda como tú… Que vivía con un duende verde…
--No, primero dime de papá.
Javi que nos escuchaba saltó de su cama y se acostó entre las dos.
-- Bueno, es un secreto no lo pueden decir  pero el papá parece que va a venir muy pronto.


Cuantos brincos dieron en la cama nunca los conté, los dejé y hasta me les sumé para compartir su alegría, no quería que descubrieran mi tristeza.

----Ya… ya, basta...a dormir y mañana les cuento más.


Y desde el patio sentía Nocturno, la voz del locutor ronroneaba los títulos y el musical de  La chica de la valija, por momentos me envolvía en sus notas y la vida me sonreía de alguna forma revivía momentos felices...

.

 Dormían como angelitos mientras los miraba las lágrimas surcaban mi rostro y sentía su sabor en mis labios… y mucho miedo de mí, de Javier, por los niños…


Pensaba escribirle una carta a 
él donde le abriría mi corazón. No tenía ni idea qué le diría pero era una necesidad no podía guardar por más tiempo, nunca lo había traicionado y necesitaba desahogarme.

 La noticia de su regreso vino a remover todas mis fibras, los rincones ocultos. El tiempo se resquebrajaba en un quejido ya no existía para el escape y entonces como tantas veces guardé mis recuerdos en mi viejo libro para echarle un vistazo de vez en cuando porque los ecos de su amor aún resonaban en mis oídos… Me dolían me asustaban, me hacían llorar en silencio.

Decidí abrirle la puerta al amor que nos unía, a las promesas y fidelidades, la ternura regresaría desde el abrazo y el amor por nuestros hijos.

Comentarios

  1. DELICADA NARRATIVA QUE ACELERA EL SABER MAS!!!!!!!!!!!! TEMA BIEN TRATADO Y CON UNA DESENVOLTURA INCREIBLE; DIALOGOS REFINADOS EN SU BUEN HACER!!!!!!!!!!!!!!! SE VE TODO, SE PALPA....SE HACEN "AMIGOS" LOS PERSONAJES....MAESTRIA DE PROSA MAYOR!!!!!!!!!....MARAVILLA CINEMATOGRAFICA!!!!!!!!!!!NOVELA MUY NECESARIA PARA TODOS!!!!!!!!!!!!ERES GENIAL ESCRITOTA, QUERIDA GINI!!!!!!!!!!(ESPEREMOS EL PROXIMO CAP.!!!!)
    MARIA MIRO

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  2. Laberinto de emociones por los qué está atravesando Yami, después de la visita de la "vecina", tendría qué escribirle a Ale, el regreso de Javier lo cambiaba todo. ¿Se atrevería a contarle lo qué le estaba sucediendo?....Excelente narración Gini, un abrazo.

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