La cama vaciá Capitulo 9 “La China”

“te quiero en mi paraíso 
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso”
Mario Benedetti.




Sabía que yo iría ese día, me lo confesó después, misterios de los amantes .Había suspendido la consulta con algún pretexto y me esperaba. Y yo ni al trabajo había llamado, era como si nos convocáramos para el encuentro por un extraño misterio que nos señalaba el día, la hora y el lugar para nuestra primera cita de amantes escondidos. Por primera vez nos cogimos de las manos, en silencio nos miramos y por alguna pillería del destino allí mismo nos besamos, no podría seguir huyendo de sus labios comenzaba un nuevo camino una nueva historia, sentí como si un montón de besos me llegaran desde el cielo. Me olvidé de todo, la promesa a Javi se borró de mi memoria ,no me sentí culpable estaba en ese momento mágico del amor en que se pierde la razón por completo, no vemos, no oímos ,no escuchamos nada más que a nuestro corazón que nos dice ama, no te detengas.
Nos fuimos a un parque de Miramar, no sabíamos dónde meternos, La Habana es una ciudad donde se respira el amor, la sensualidad y hasta el sexo pero a dónde irían dos amantes a cubrir sus cuerpos con sus besos, eso nunca se sabe. El parque nos ofreció escondrijos para nuevos besos pero sentíamos la necesidad de romper los vitrales y acurrucarnos en los brazos de la pasión, entonces Ale recordó el apartamento de un amigo que estaba para el interior de la isla, nunca supe si se lo inventó en aquel momento, nos fuimos y allí nos hicimos cómplices de aquellas paredes que guardarían nuestros secretos...allí quedaría incrustado todos nuestro amor dando paso a la locura y al fuego , su aroma se quedaría para siempre en mi cuerpo.
Salimos a la calle, la ciudad me ofrecía un nuevo rostro, la desnudez de las paredes rotas y sin pinturas eran cubiertas con las ternuras del amor, me empeñaba en ver todo lindo y Ale se reía, se reía porque le estaba pasando lo mismo. Al fin nos separamos como a tres cuadras de la casa de mi amiga la China, tenía que recoger unos jabones, claro también era un pretexto porque la China era a la única persona que yo le contaría mi aventura. En cuanto llegué, me miró de arriba abajo y con una socarrona sonrisa me dijo.
----Uf, uf, tú no vienes del PRE, no señor, tú vienes de otro lao, esa carita te desmiente.
----Ay, China ¿de dónde tú crees que vengo a esta hora y corriendo? ¿Tienes los jabones?
----Te conozco mascarita aunque vengas disfrazá---me decía y yo que estaba loca por contárselo---
---- Chinita, eres una bruja, no vengo del trabajo, vengo de un lugar secreto ---no sabía como empezar—
----Salí con ‘el, bueno, sí…te lo voy a contar, pero que no salga de estas cuatro paredes.. Salí con el muchacho ése... 
 ¿Sabes? del que te hablé el otro día---No me gustaba mucho la cara que estaba poniendo--
--Yami, ¿tú perdiste la cabeza por el Doctorcito ese? Con  la clase de hombre que tú tienes.
Ay, me muero, me muero, pensaba mientras mi amiga me decía estas cosas.
-- Mira China, si vine hasta aquí fue para contártelo, pero dame los jabones y me voy.
----No, ahora me lo cuentas todito, tú sabes que eres para mí como la hija que no tuve, eres mi ahijada y me lo vas a contar ahorita mismo. —Me desarmó y le conté con pelos y señales sin omitir detalles.---
-- Está bien, mi amiga, le voy a pedir perdón a Santa Teresita de Jesús---Le dije mientras le daba un beso—
-- ¿Qué tú estás diciendo niña? Y esa santa tan extraña que siempre tienes en la boca, santa de blancos, nada de eso, se lo pides a Changó...Santa más rara, a Changó...hija... a Changó, él te perdona porque es un santo medio relambío...
Después de todo ella siempre me protegía y sabía que sería mi aliada.---Nos despedimos, me fui más tranquila.
Salí corriendo a fajarme con la guagua de nuevo, pero me sentía feliz, no me sentía arrepentida, así que recogí a los niños y me fui directo a casa, pero una sorpresa me aguardaba.
---Yen, desde cuándo estás aquí?----Yenesey desde hacía una hora me esperaba en el portal de mi casa.
---Entra, hoy he tenido un día tremendo---le dije mientras abría la puerta.
---Pero, no fuiste a trabajar, me he pasado el día detrás de ti---le hice señas que no dijera eso delante de los niños y esperó estar adentro para seguir hablando.
--Te traigo buenas noticias desde Angola---acércate y me dijo al oído—
-- Javier viene de vacaciones ya sabes, mí amiga, ni a los niños se lo digas, secreto de estado, mí padre lo mandó a decir, él sabe lo que pasaste cuando pensabas que Javier estaba muerto y nos autorizó para que te lo dijéramos.
--  ¿Cuándo?

Comentarios

  1. Cuando somos protagonistas de los acontecimientos y estos son noticias para el mundo, el discurrir del tiempo nos envuelve en una telaraña de la que no salimos hasta que no echemos la vista atrás como dice el poeta al volver la vista atrás, solo estelas en la mar. La guerra cambio la vida a muchos cubanos, dejo huellas en los corazones rotos, remendados y vueltos a remendar por los sueños que siempre acuden a tiempo y andamos en busca de nuevos caminos.

    ResponderEliminar
  2. estoy enganchao... como una telenovela jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tra, la tra, la, la, la, la ,la… ¿Qué pasara mañana? Pues siga leyendo esta novela inolvidable donde la creadora inserta el culebrón con la historia de su patria y refleja uno de los acontecimientos históricos que marcó la vida del pueblo cubano, ahí están los verdaderos protagonista, no desde el campo de batalla que hasta ahora he tratado de escapar a los tiros, a las ametralladoras pero tendré que ir en algún momento, siga leyendo y al final compartiremos pedazos de nuestro devenir por el mundo de la guerra enlazados desde el amor.

      Eliminar
  3. Enganchada es poco, está para el horario estelar. Ahora sí se le complicó la vida a Yamila....Se daban tantos casos provocados por esa guerra absurda, tantos hogares rotos, tantos niños huérfanos, en fin, la dura realidad qué vive la población cubana.Un abrazo Gini.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares