¿Vienes del cielo?

 A todos mis amigos 
del mundo.

    Como si jugara un sueño del nunca jamás desde mi rustica mesita el mundo se me vuelve pequeñito, puedo abrazarlo, estar al tanto de todo como una maga de la saga de Harry Potter.

 - Pero si está tan lejos, me digo, inalcanzable a mis manos y el Sol y la Luna se esconden cada día, cada noche.

 - Eso no importa, algo me dice desde una tecla que se ha movido con el viento.
- Puedes mirarlos a todos de cerca desfilando como marionetas que cuelgan de unos hilitos invisibles, salidos de un retablo gótico, es la Posmodernidad ¿Qué? ¿No lo sabías que desde Galileo Galilei, venimos hablando de ella? ¿O no eres de este planeta?

 Me les acerco, trato de ir descubriéndolos en cada rostro, busco en las cosas ligeras. Ya no están en mis libros viejos, no oigo sus voces,  huyen entre las redes, se esconden, se desplazan, van dejando rastros, colores, quejidos, risas, lágrimas, rezos …  Ya no llevan el olor a otros tiempos cuando no podía asomarme a la pantalla del Universo y los veía, podía tocarlos y nos dábamos la mano. Ahora están ahí, parecen reales, se mueven, caminan, gesticulan, tratan de hablarme en mil lenguas diferentes, me besan y hasta me abrazan, puedo ver sus sonrisas, sus ojos afilados, expresivos o tristes, sus rostros, sus máscaras y  a los que dejan  olvidados sus disfraces y me dan los buenos días, las buenas noches y dicen, sin decir – “me gusta”.

Mientras el mundo sigue girando sin detenerse  me olvido de los trenes y de la próxima parada, giro con él, da la vuelta y regreso al otro lado de la Luna y oigo como eco lejano.

 - Nunca se ha movido de ahí, siempre ha estado ahí, esperando por ti.

- Vuelvo a mi rincón y desde mi laptop, te envió una rosa y te digo:

-   ¿Vienes del cielo?

"Al final verás un mundo diferente:
 un coro de golondrinas, 
un abrazo en el preciso momento, 
las páginas de un libro abierto, 
el perfume de un amigo
 que no se ha ido de tu pensamiento"