Secretos y pecados desde mi laptop.




No eres un monje, ni un héroe, ni un mendigo, eres un invento, un producto de mi imaginación. Por eso no puedo borrarte de mí laptop cuando muevo el ratón.
 Te pienso y cuando no te asomas, no importa si  estás en el metro, en una calle, en el rio o en tu balcón, te apareces siempre en algún dowloads  lleno de besos, abrazos, adioses, olores y caricias que escondo en mi laptop.
Por eso en la mananas, en las tardes o en las noches, si te presiento triste o cansado, te envió un cuento, tal vez  algunos versos improvisados y los echo a la red.
Entre besos y mimos bendigo a mi mejor invención y pienso en la inmortalidad y en las cosas sagradas, en pecados y secretos, en los miedos al gato negro, al beduino que cruzó el puente, en los claveles amarillos que se llevó el rio, en el candor de los centuriones, en las olas que llegaron con la marea, en mis manos infantiles que mueven mi ratón, en el rostro sepia  y los zapatos rojos que me inventé para ti.

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