DE CUENTOS PARA INTERNAUTAS.: LA PERRA GORDA.
La perra gorda….
Aquel día, la perra gorda no
pudo parir, los torrenciales aguaceros y los truenos la mantuvieron asustada
todo el tiempo, los cachorros tuvieron que esperar que las lluvias y los
duendes se alejaran para que la perrita mimada buscara su nido.
También ese día como un mal presagio alguien
se mudaba al fondo de la casa de los Martínez, una mujer de una veintena de
años pasados por los duros contratiempos de una vida azarosa y un físico nada
afortunado, llevaba un bolso de frente como si quisiera ocultar el vientre,
algunos dijeron que tenía una hija pero nadie nunca la vio ni por asomo, ya podrán
imaginarse el resto. Su nombre era Magdalena y su sombra un amiguito de muy
raras maneras, que no llego con las lluvias, el día que no pudo parir la perra
gorda, el llego muchos días después bajo un sol abrasador y aunque muchos lo
vieron, nunca se supo en que día ni a qué hora llego, son esas personas que
llegan casi siempre a mala hora donde quiera que van, son seres que vienen al
mundo marcados y ellos lo sabían.
Lo que más llamaba la atención
de los curiosos vecinos era que ya nadie quería ir para el fondo de los Martínez,
aquello estaba repleto y a estos tíos ¿que se les habría perdido precisamente
en aquella casona desocupada hacia tantos años cuando se oyeron los gritos
desesperados de la muerta que vivía en el barrio de los desamparados y que se escucharon allí en la salita de estar
junto a la chimenea? Nada bueno, decían las
abuelas - Nada bueno, mijijo, no son trigo limpio- y el tiempo se ocupó de
ello.
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