En Siria la Humanidad está muriendo.
Las imágenes se incrustan y quedan colgadas
para siempre en la memoria, se convierten en denuncias, en pruebas de hasta dónde
puede llegar la maldad del hombre hasta convertirse en recuerdos, en estampas
que escaparon un día junto a la cámara del fotógrafo que las capturó y la
historia tendrá un nuevo capítulo de una cruel realidad.
El fotógrafo con su arma en manos recoge y
guarda los documentos gráficos de esta masacre, estos momentos de la historia
de la humanidad no podrán ser borrados, ahí están grabados en las mentes de
todo, en las cartulinas que guardan las imágenes, alguien, los detiene en el
tiempo, los hace eternos, en cada uno de sus tiros mágicos y cobran vida y
color los momentos robados al tiempo en una ciudad que muere porque algunos
matan a sus hijos y el artista es parte
de esos momentos, es un testigo, un protagonista que deja su huella y denuncia
y fustiga desde su lente que quiere requisarlo todo… y el tiempo no podrá borrar.
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