El Renacimiento... La Melancolia de Durero.



                 Primera Parte.

  El Renacimiento fue una época de profundos conflictos. 
Alrededor del siglo XV se produce en Italia una renovación en el pensamiento y en la actitud del hombre ante la vida, desde luego que no surge abruptamente ya los cambios se avizoraban en las transformaciones que continuamente veían asomarse. Lo cierto que esta ideas colocan  al hombre en el centro del Universo (antropocentrismo) y fundamentalmente en el centro de sus preocupaciones, ya los griegos y los romanos habían descubierto al ser humano como elemento fundamental de la cultura, la ciencia, la sociedad, la filosofía, la ética y el arte desplazando a Dios a otro plano.

 A estas nuevas tendencias del pensamiento se le llamó Humanismo ( ya los griegos le habían nombrado de esta forma) que resurge en Italia y abarca los siglos XV y XVI frente a la cultura de la Edad Media, fuertemente teocentrista, dominada por el cristianismo que enseñaba el desprecio por el cuerpo y los placeres, sobre todo lo referido al aspecto sexual y la naturaleza, los ve como estados corruptibles e interpone la idea del pecado que no es más que una trampa para dominar la mente de los habitantes del planeta que se sometieran al cristianismo, las predicas de Jesús las desviaron por otros derroteros.

 Las ideas de un nuevo platonismo surgen y trata de enaltecer al ser humano como obra maestra divina de la creación y por tanto digna de ser el centro de la cultura, estas ideas que llegan con el Renacentismo europeo dejaron sus huellas para siempre en un lado del planeta.

Ya en la edad Media tardía hay escritores como Bocaccio que busca en los placeres de la vida y en el sexo la felicidad para pasar el tránsito por esta vida cargada de inmerecidos castigos de la mejor forma posible, que nos recuerda en algo al Bosco con su inusuales imágenes del "El jardín de las delicias", cuadro maravilloso que se adelanta a las vanguardias que tiene que ver con el surrealismo al estilo Salvador Dalí. Podemos afirmar que antecedentes hubo muchos que ya avizoran un despertar del aletargamiento anterior en la vida de los hombres, no quiero con esto demonizar a la Edad Media, fue un camino largo cargado de grandes transformaciones en la vida de los habitantes del mundo conocido hasta esa época, un dato que siempre me llama la atención el no poder incluir a las cultura precolombinas en esta rueda de la vida porque aún no habían sido descubiertos y  la contracultura que les esperaba no les llego a tiempo.

Ya en el siglo XV surgió la imprenta, siempre me traslado a nuestros días con la aparición de la Internet y no me voy a meter en el tema de estos años en que la literatura que andaba dispersa, la Biblia hecha pedazos en discursos y sermones, La Ilíada, La Odisea, recitada y vuelta a recitar por aedos y juglares, el propio Homero fue uno de ellos, por fin encontraron la forma de ser guardadas para siempre en el gran libro de la Humanidad en forma de jeroglíficos eternos, ya no serían los hombres solo grafiteros en piedras y pergaminos, les había llegado la era de la letra impresa en papel y tinta, asombroso, maravilloso descubrimiento que nos deja un acuñados para la eternidad.

Sin embargo los hombres del saber, no vieron su época como un retorno a las fuentes clásicas o un renacer de las ciencias y del arte, la vieron como una revolución a la que se fueron insertando poco a poco, cuando empezaron a descubrir a Dios ( que siempre nos hace falta alguno ) a través de la creación del universo, así la vida del hombre se iba enriqueciendo y empezaron a pensar en la libertad individual, en el libre albedrio que proclamo Jesús y no lo llevaron a la práctica por el afán de dominio y hacer nidos en la mente de los incautos, fueron apartando a Dios del centro y se convirtieron en el centro de su mundo, esto lo confirman los grandes artistas, los grandes descubridores y aventureros que ampliaron el mundo conocido en todos los sentidos aportando fabulosos cambios al arte, a las ciencias,  a la filosofía, al conocimiento.

Fue un proceso como son todos los grandes cambios sociales cargado de crueldad y fuertes incidentes entre los seres humanos y las ideas religiosas, culturales, étnicas que condujo a guerras y a enfrentamientos. Les tocaba a los hombres del lado occidental cambiar algunas cosas, llegaba una nueva forma de pensar, de concebir la creación y no resulto fácil para los que protagonizaron estos acontecimientos. 

 Fue una época de transformaciones tan sorprendentes que los europeos la experimentaron con ansiedad, duda y terror. Más allá de un renacer de las actividades espirituales del hombre fue un cambio radical, en el que nuevos sistemas e ideas sustituyeron  a ideas y sistemas que hasta entonces se habían considerado establecidas de modo inconmovible en la estructura heredada por la Edad Media.

Espiritualmente fue un renacer que tuvo lugar en el interior del hombre y se produjo en el renacentista el primer hombre moderno y surgieron estados de ansiedad y de depresión que se advierte en muchos hombres de la época.




   Segunda Parte. 

El retrato que Alberto Durero representó en su célebre grabado Melancolía I aparece una figura alegórica, sentada, la frente doblada, la mano en la mejilla, sumida en honda meditación. A su alrededor mamotretos de sabios, pergaminos, aparatos de cálculo, crisoles se amontonan hasta el techo de la habitación, sin logra despertar el interés de la figura pensativa, ante ella tiene todo lo estudiado, todo lo aprendido durante tantos años y afanes, parece cuestionarse ¿Qué es lo que sé? Lo mismo que sabía., parece ser la respuesta. La desilusión sobre el poder de la ciencia incipiente, la vanidad del esfuerzo del hombre por conocer e intentar dominar las fuerzas que rigen el universo, esa era la Melancolía.

El conflicto renacentista presenta muchas facetas, otro se produce en el mundo exterior, conflicto entre clases sociales, con una nueva clase, la burguesía en desarrollo, conflicto económico, debido al desarrollo industrial y la redistribución de las riquezas, conflicto entre las ciencia naciente y sus enemigos, la superstición y la autoridad de la teología, conflicto entre la autoridad y la libertad individual, entre el poder de la iglesia y el de los gobiernos de las nuevas naciones y las formas disidentes del cristianismo, entre las tendencias conservadoras y las liberales.
Si en la Edad Media se concebía el universo como una estructura basada en un orden jerárquico impuesto por el Creador,  en el Renacimiento desde muy temprana edad el hombre se sintió como centro del universo pues poseía alma racional y alma sensible. Para dar mayor complejidad al conflicto aparece el tema de la duda que va a corroer las bases de la estructura del universo heredadas de la Edad Media. Cuando Galileo apoyó la hipótesis de Copérnico cundió el pánico. Montaigne, niega la posibilidad de conocer la verdad por los sentidos, Maquiavelo ataca al orden natural establecido entre la sociedad y el estado, según cree a Dios no parece preocuparle mucho cómo se gobiernan los hombres.
 Estos conflictos se agudizaban con las creencias religiosas tan arraigadas entre la población. La duda y el escepticismo se extendieron, el desarrollo de las ciencias favorecía  el escepticismo, mientras las ciencias estuvieron ligadas con la magia se colocó en abierta oposición a la fe religiosa, pero los conceptos modernos basados en la experimentación y la observación, acentuaban el conflicto y buscaban nuevas formas para una solución basaba en la razón. Los hombres fueron descubriendo que muchas ideas impuestas por la religión y los gobernantes  había sido una ilusión para conquistar el corazón y la mente de los hombres.

En la medida que estos cambios se van produciendo en la vida y en el pensamiento de los hombres, la literatura iba recogiendo en las obras de los grandes creadores estos conflictos de manera artística en el orden religioso, moral y en el social, pensemos en creadores solo en algunos, Shakespeare, Cervantes,  Durero, Leonardo, Montaigne, Nicolás Maquiavelo, Girolamo Savonarola  y tantos y tantos...

Me gusta para terminar esta breve reseña citar y regresar a Durero ese gran representante del Renacimiento, esta expresión de Sir Francis Bacon:

“¿Puede dudar alguien de que si se limpiase la mente de los hombres de vanas opiniones, esperanzas lisonjeras, falsas valoraciones y fantasías… muchas veces la mente quedaría como una pobre cosa disminuida, llena de dolor y melancolía…?
                                         

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