La Habana en el recuerdo de sus hijos ausentes . Segunda Parte.


De: Eliseo Alberto de Diego.

Si me obligan me robaré La Habana
La romperé, verás, con un martillo.
Traeré de contrabando, en el bolsillo,
la noche, nuestro amor y tú ventana.
Si me obligan, me robaré el pasado,
me llevaré mi calle y sus portales,
tú juventud, un verso, las postales
de esa islita qué el odio me ha negado.
Si me obligan, me robaré La Habana
piedra por piedra, amor, pena por pena,
Mi vida rompo, guardo los pedazos,
Escapo antes qué sea de mañana,
Me verás dando tumbos por la arena
cómo quién lleva a su mujer en brazos.




De Tenchy Tolón

Ya no pienso La Habana, ya no pienso en volver a toda hora, mi madre no está y se han ido casi todos los amigos. Ya no pienso La Habana junto al Tejo. No pienso más en La Habana, se me olvidaron sus calles, algunos rostros, los nombres que susurré o grité. No pienso más en La Habana porque no he visto más su azul y nada me recuerda sus fachadas. No he visto más La Habana en el café, ni en las ventanas, ni en las joyas de mi madre que con celo atesoro. La Habana se me está perdiendo en dos décadas de ausencias. No pienso más en La Habana, no existe más La Habana en mi retina. La Habana de ciclones y atardeceres irrepetibles. La Habana se me escurre entre los dedos como el agua que no vuelve y ya no me duele en la memoria, en los altercados que nos separan. La Habana de dudosa majestad y sin embargo, Reina. Se me está yendo La Habana como los hijos que no tuve… Ya no pienso en La Habana, en La Habana ya no pienso. No pienso, ya no, en La Habana. En La Habana, no.
En La Habana pienso... La Habana, La Habana, La Habana, Labana, L'bana… La Habana Soy Yo! (Fragmento) (Fotografía y texto by Tenchy Tolon)





De: Maria A Miro

¿Sabes que La Habana es Escorpiòn?
La conmemoración del 16 de noviembre como fecha de fundación de la ciudad y elección de sus primeras autoridades, le da a La Habana todas las características de un Escorpiòn ( oct.23 a nov.21),en el lado oeste de la Plaza de Armas, lugar donde sucesivas sagradas ceibas, han rememorado a aquella que debió dar sombra al Cabildo Olímpico.

(“Madre mía de la Caridad, ayúdanos, ampáranos……”.♫♫♫♫).

Como Escorpiòn (signo de agua), La Habana está rodeada de ella.
Rara vez el agua es suave; el agua es turbulenta, con olas que llegan –como manada de arcoíris- a gran altura. Entonces, el Malecòn aleja al amor, que en él compite, con sus flechas de oro.
En muchos lugares, el agua se torna carmelita, maloliente, como en el puerto, adonde los bellos barcos lloran, si se mojan los encajes de sus vestidos.
Así son sus aguas, poderosas y apasionadas, cual almas de doncellas abandonadas.

(“Congo, conguito, congo de verdad, yo bajo a la tierra a hacer…..”.♫♫♫♫♫).

El magnetismo que emite Escorpiòn, se levanta como trono de reyes, en La Habana. No se olvida fácil. Es la mujer a la que se hacen adictos los hombres, sin dejarlos mirar hacia otro lado.
Es la joven que, en su celo posesivo, hace olvidar a otras bellas.

(“Radia la luz, poder divino; radia la luz……”.♫♫♫♫).

Intensa, La Habana es la que posa desnuda ante el pintor, deseando que su obra sea la mejor. Y lo es.
¡Definitivamente, lo es!

(“De Guinea soy, la’ buena’ noche, criollo’……..”.♫♫♫♫).

Seria y profunda, La Habana sabe que su pasión es única; por esto, pisan su suelo los mejores músicos; y al arte universal, lo guarda en sus arcas, de forma reservada, aparentemente retirada; pero observando todo con su ojo crítico, ( ojo de águila austera de un marfil rosado ).

Hallamos en cada esquina verdaderos aedas de la palabra: santeros consultando; historiadores abarcando viejos papiros; caballeros tenaces en su andar; hasta un Lennon que le canta y un Gades que le baila. ¡Así es La Habana!

(“Si la luz redentora te llama, buen ser; y te llama con amor a la tierra……….”.♫♫♫♫).

La energía habanera es alta; construye todo lo que se propone, y tiene lo que desea. Su sensibilidad y sensualidad llega a los turistas, que vuelan para deleitarse con ella.

(“Siete días con siete noches, por el mundo caminando………”.♫♫♫♫).

En La Habana las enormes verdades se gritan; y blancas telas cubren, en caravana reinante, desmintiendo al mayor temerario. Ella no sabe morderse la lengua…¡ni lo hará!

(“Pa’ qué tú me llama’ si tú no me conoce,……”.♫♫♫♫).

Y, como excelente amiga escorponiana, te brindará el café, que Oshún misma pondrá en tus manos.

¡Oh, La Habana, alfombra arrogante de ámbar para las vistas!
Cántale, juega con sus olas; pero que sea:
♫♫♫♫ “…en una bonita mañana de Amor”. ♫♫♫♫
Maria A Miro


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