La Habana en el recuerdo de sus hijos ausentes. Tercera Parte.


La Habana de  Sergio Chavez..

Una vista de La Habana en un recorrido por la obra de este pintor y maestro que a mi se me antoja un gran minimalista, con agudeza casi inocente de lo que en pintura llamamos puerilismo en su ámbito más general, reducido a lo esencial, despojada de elementos sobrantes para darnos un paisaje completo de gran fuerza expresiva y emocional con la sencillez de los grandes para acercarnos a lo nuestro. Felicidades.


 

Con  Niurka Dreke.




La Habana tiene sus horas felices y yo me he quedado despierta para esperarlas, para aquilatar ese momento oportuno, ese que ahora mismo está entrando por mi ventana. Mi madre duerme en la otra pieza y yo me he enterado que ha llovido por el sonido que hacen los autos sobre el pavimento húmedo de la madrugada. Eso tiene La Habana, lo sabes todo sentada a la mesa de la cocina, sin necesidad de asomarte a la ventana. La Habana es una guerra que perdiste sin echarla. Después de humillarte con un extenuante día, de aplastarte como una cucaracha, de desbordarte con sus pestilencias, con los golpes bajos de una Habana desesperada, de una Habana revuelta, envuelta en el bullicio inquietante, en una madeja intolerante de circunstancias, La Habana, esta poderosa e imprescindible Habana te regala una lluvia, una quietud que renueva, un reposo que ilumina, que te habla de sus mieles y riquezas, de un entorno que te invita a explorar un territorio más allá de los contornos, de los perfiles de una Habana que de día te devora, te trata como una idiota, te despoja de tus brillos, te somete, te atrapa en una sátira, y de noche te susurra al oído su silencio, te mira de reojo, te engatusa, te complica, te enajena, o se hace la loca y te esquiva, pero siempre te regresa una ciudad imperturbable, soberbia, una ciudad con sombrilla y corbata, y bastón, y por supuesto, un clavel en la solapa, una ciudad sin miedos, pero tambien sin coartadas. N.Dreke. (2009)

De: Haydeecita Pereda.



De: Haydeecita Pereda.

Mi Habana
Mi habana quien te viera
luciendo tus trajes nuevos
llenando los horizontes
del más azul de los cielos.

La capital del Encanto,
hoy luce sus trapos viejos
mirando cómo derrumban
lo que un día construyeron.

Pero se alza orgullosa
pensando en sus tiempos buenos
cuando eras la primera
en lucirse al mundo entero.

Con sus lujosos casinos
coches últimos modelos
hoy venimos a quitarte
Mi habana… esos trapos viejos.

Te vestirás ya de luces
le enseñaras a tu pueblo
que todo lo que destruyen
lo construiremos nuevo,

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