Ayer despedimos a un joven cubano unificador e inspirador para la comunidad cubana en Miami, José Fernández .



Ayer le dimos la última despedida a José Fernández, no me gusta decir adiós a alguien que sera muy dificil de borrar de nuestras vidas, el joven pelotero cubano que murió el domingo 9-25-201 en un accidente en el mar.

El mar lo trajo y el mar se lo llevó, la ciudad lo llora no entiende que se lleven a un joven exitoso, noble, alegre, inspirador.

Muchos se preguntaran por que Miami le rinde culto a este joven sencillo de sonrisa franca.
Lo que no saben algunos que hasta pueden pensar que exageramos cuando hay tantos muertos por violencia en el mundo, cuando en Cuba  no se respetan los Derechos Humanos y encarcelan y golpean a los disidentes, por que nos desbordamos en dolor y lo lloramos como a un familiar cercano.



´La historia de los cubanos en la Florida es larga aunque conocida por muchos, los primeros en emigrar fueron las clases altas con mayor poder adquisitivo y no pocos se pusieron a esperar que les sacaran las castañas del fuego, el fracaso de Girón los paralizó y los intentos casi fueron nulos para emprender otra hazaña de iguales proporciones, se enquistaron en la Brigada 2506. Después llegaron otras migraciones por oleadas que el mismo régimen fue impulsando para aliviar la olla de presión y finalmente los que van llegando ya sea por el mar, que es el caso de Joseito o cruzando una parte del continente por selvas, poniendo en riesgo sus vidas, vendiendo, ahora que la dictadura lo permite, sus propiedades que no pasan de una casa o un carro soviético que camina por la obra y gracia del Espíritu Santo y sabemos el estado de las viviendas en el país, prácticamente en ruinas como si se tratara de una ciudad monumento, pero se les saca algún dinero a cambio de quedarse sin nada  y llegar con ese dinerito a vivir la aventura de alcanzar la libertad y un bienestar económico y espiritual, porque la miseria trae muchos conflictos a la vida de los hombres porque si bien, hay problemas económicos, es cierto y es una razón muy poderosa para emigrar, la falta de libertades y la violación de los más elementales derechos del ser humano constituyen fuertes argumentos para salir en busca de una forma de vida mejor con libertades y trabajo.


Cuento toda esta historia para llegar al joven que acaba de irse y que nos ha dejado consternados a los cubanos y a muchos latinoamericanos que vivimos en Miami. Me atrevería a decir que nos ha unido en cuanto a sentirnos parte de esta comunidad, creo que ese es el milagro y se le irán añadiendo más en la medida que pase el tiempo, así, verdaderas metáforas que van conformando una comunidad, con la magia de la sabiduría popular y la poesía que envuelve a estos héroes que aparecen de repente, son iluminados y los mandan a buscar desde lo desconocido muy temprano y nos dejan con su esencia y la conciencia popular hará el resto.

Joseito cogió la vía del mar, tres veces lo intento, estuvo preso porque fue descubierto pero en el tercero, lo logró, tenia 15 años, venia con su madre, la salvó de ahogarse cuando cayó una noche negra al mar, sin saber que se trataba de ella.

Amaba a su isla , a su bote, a la pesca, al mar, salió a buscarlo y el mar no quiso devolvernoslo.


Al llegar a los EE.UU. sintió la pena de estar lejos de su tierra y hasta llegó a proponer a su mamá el regreso, dijo en una entrevista recientemente. Los que hemos emigrado y allá dejamos lo nuestro es muy frecuente que esto nos ocurra, aun viviendo dentro de una dictadura férrea, totalitaria y cruel y eso no lo entienden muchas veces los que llegaron antes que nosotros.

 Poco a poco fue abriéndose paso estudiando y aprendiendo inglés y alcanzar la ciudadanía norteamericana en el 2013. Su deporte nunca lo abandonó, demostraba la máxima calidad en cada juego hasta llegar a la grandes Ligas, su sueño americano se iba cumpliendo y el joven llegó en poco tiempo a lo que no todos pueden llegar a lo largo de su vida.

 No fue el joven que llega y no se preocupa por las otras generaciones de cubanos que le antecedieron, visitó a la Brigada 2506 de los que fueron a Girón, fue a la casa de los héroes, conversó con cubanos que fueron a Girón , se interesó por sus ideas en cuanto a la forma para derrocar la dictadura, se vinculó con los cubanos que nacieron aquí y con los que iban llegando por diferentes vías,se convirtió poco a poco en su corta vida en el eslabón que nos faltaba, su carisma , su inteligencia y bondad funcionaron como un elemento unificador, inspirador, esto se lo oí al alcalde Tomás Regalado en los actos de su velatorio, todos le queríamos y veíamos en él la esperanza de que uniera a las familias cubana, personalmente me sentí parte de esta comunidad compartiendo el dolor que nos deja el joven pelotero, nunca vi a los cubanos de Miami más unidos que en estos días.

Se le entregaron las llaves de la ciudad, se eligió el novato del año, fue el niño mimado de los Marlins, el inspirador del equipo que los unió, todos lo lloraron, jugadores como gladiadores se doblegaron con lágrimas en los ojos frente al dolor de su desaparición física.

Jesús Macias, de 27 años


Un inspirador, un cubano que huyó de la isla en busca de libertad y del sueño americano, lo logró y quedó para siempre en la historia de esta ciudad como un joven diferente.Con su esfuerzo, su calidad indiscutible deportiva, logró calar hondo en los corazones de todos y nos hizo sentir parte de esta gran nación

 Siempre una amplia sonrisa lo acompañaba, su carisma personal y su gran cubanía nos hizo sentir más cubanos, más unidos y mejores.

Eduardo Rivero, de 25, amigos 
Gloria eterna para el joven José Delfín Fernández. La juventud eterna se la concedió el mar al llevárselo a los 24 años, con los que siempre lo recordaremos, Junto a el murieron Jesús Macias, de 27 años, y Eduardo Rivero, de 25, amigos del jugador quienes lo acompañaron en este regreso a la Eternidad. 

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