Hasta pronto, querido muchacho, Joseito Fernández.
Amanecimos, ayer domingo 25 de septiembre, los que vivimos al sur de la Florida, todos los que amamos el buen deporte, la tenacidad y el arte de nacer dotado con el don del éxito, cubanos y no cubanos, con una terrible noticia, la muerte del joven pelotero Joseito Fernández. Los cubanos lo conocíamos bien y seguíamos sus pasos por el deporte con el orgullo algo chovinista de saberlo nuestro de Villa Clara.
Indudablemente nació con buena estrella, todos los que le conocieron lo amaron, tenía ángel como decimos, fue de estos seres que nos tocan las fibras del corazón. Nunca olvidaré su gesto cuando pidió al equipo que la trajeran a su abuela de Cuba para que lo viera debutar en las Grandes Ligas, me dice mucho de su gran sensibilidad y de su amor.
Nació predestinado para conquistar a los que le rodeaban pero como los héroes homéricos que mueren temprano y son eternamente jóvenes , fuertes, vigorosos y seductores.
“Tu naciste en libertad, por eso no entiendes lo que es”, dijo en múltiples ocasiones el talentoso serpentinero nacido en Santa Clara el 31 de julio de 1992, a sus compañeros de equipo, entrenadores o cualquier persona que le preguntara sobre su vida en Cuba."Hasta pronto, querido muchacho, Joseito Fernández.
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