No eres un monje, ni un héroe, ni un mendigo, eres un invento, un producto de mi imaginación.

Cosas del mundo online que nos va creando nuevas formas de mirar en nuestro entorno al hacernos de nuevas herramientas para la creación de nuevas imágenes, nuevas formas de decir hasta inventarnos otra realidad donde amamos, nos solidarizamos y hablamos el mismo idioma de imágenes y de símbolos.


Una nueva era solo comparable cuando los hombres de la llamada Edad Media Tardía y los albores del Renacimiento (1492) inventaron la Imprenta que cambió al mundo. Hoy hombres de la llamada Modernidad inventaron la Internet, como todo lo nuevo trae complicaciones a la vida humana que no podemos detener y hay que estar a tono con todo lo nuevo que siempre será mejor para Humanidad.
Una muestra es este escrito que no me atrevo a llamar poema de la modernidad, sería muy pretencioso. Aunque admito que lo intenté .

Sin título:
No eres un monje, ni un héroe, ni un mendigo, eres un invento, un producto de mi imaginación. Por eso no puedo borrarte de mí laptop cuando muevo el ratón.
Te pienso y cuando no te asomas, no importa si estás en el metro, en una calle, en el río o en tu balcón, te apareces siempre en algún downloads lleno de besos, abrazos, adioses, olores y caricias que escondo en mi laptop.
Por eso en la mañanas, en las tardes o en las noches, si te presiento triste o cansado, te envió un cuento, tal vez algunos versos improvisados y los echo a la red.
Entre besos y mimos, bendigo a mi mejor invención y pienso en la inmortalidad y en las cosas sagradas, en pecados y secretos, en los miedos al gato negro, al beduino que cruzó el puente, en los claveles amarillos que se llevó el río, en el candor de los centuriones, en las olas que llegaron con la marea, en mis manos infantiles que mueven mi ratón, en el rostro sepia y los zapatos rojos que me inventé para ti.

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