Los ángeles de las despedidas nunca lloran. Ni duermen. Carmen Martin Gaite.

- Lo importante es que te vayas a gusto ¿Te vas a gusto?
- Es que no sé. ¿Conoces El hombre que perdió su sombra?
- Si.
- Pues así estoy, como el personaje de Chamisso. Mi sombra está en la infancia, en unos árboles que se movían mientras cantaba mi madre. Es una historia de las que no tienen arreglo, por mucho que se lo busques. Andar sin sombra da vértigo.
Se había hecho un ovillo debajo de la manta y hablaba muy bajito, como para ella misma.
- Pero el vértigo sólo dura algunos ratos, mujer. Se cura durmiendo. No pienses en nada, anda, no te desveles más ¿Quieres que te recite un poema?
Asintió con los ojos cerrados. Su respiración era ahora más regular y acompasada, como la de un niño a punto de dormirse. Me concentré, procurando hacer memoria. Me lo había recitado Clara, aquella tarde delante de la iglesia de San Zeno. Venía en un libro que compré luego y que también se perdió. Aunque no del todo sus palabras. Es un poema de Cavafis. Lo empecé a recitar despacito, en aquel cuarto revuelto y mal iluminado a modo de nana para el recuerdo. Y no sabía a quien se lo estaba dedicando, Seguramente a mi mismo, como siempre. Me desdoblaba en dos perfiles enfrentados que trataban de inflar el globo de la noche, de ponerle un remiendo más.
Cuando el viaje emprendas hacia Itaca
haz votos porque sea larga la jornada


Llegar allí es tu vocación. No debes,
sin embargo, forzar la travesía.
Hice una pausa, sospechando que me había saltado alguna estrofa. No me acordaba de más. Mónica emitió un gemido de placer.
- ¿Ya no tienes ganas de llorar?
Negó con la cabeza.Sonreía adormilada
- ¿Y tú? - preguntó después de un rato, sin abrir los ojos, con una voz confusa que casi no se le entendía.
- ¿Yo? No, mujer. Los ángeles de las despedidas nunca lloran. Ni duermen. Me voy a quedar ahí afuera, cosiendo con tus sueños viejos una silueta de sombra para que te acompañe en tu viaje a Itaca. Te la coseré a los pies. Y así el cuento acabará bien. Un remiendo que tal vez dure poco, porque nada en este mundo dura mucho, pero también se puede disfrutar de lo efímero, ¿no te parece?




Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925 - Madrid, 2000) Escritora española. Considerada uno de los valores más firmes de la literatura española posterior a la guerra civil, sus obras se centran en el análisis de las relaciones entre individuo y colectividad

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