Deja niño de hacer preguntas tontas.

Dedicado a mi hijo Jose Eduardo y
a su sueño en Las Vegas.

Nunca sabría decir cuándo ocurrió este acontecimiento en su vida, sintio voces, risas,  gritos y un bandoneón lejano y desafinado,  trató de cambiar de lugar, no sabía desde cuándo estaba allí, trató de mover la cabeza, no pudo como si pesara un mundo se sintió de piedra y no podía estirar ni un dedo. Debí beber mucho anoche, hice ligas y no estoy acostumbrado a esos excesos y , coño, ¿La hierba no tendría la culpa de lo que le estaba pasando? Se quedó quieto en el lugar, trato de organizar su cabeza, que cada vez le pesaba mas y mas, sintió que estaba de pie , no se había sentado ni un momento y no estaba cansado, solo la sensación de peso lo preocupaba y se vio que llevaba en sus manos un ramo de flores silvestres, seguro las habría recogido por el camino para Elsa, la idea se alumbró como algo lejano, remoto como si hubiera pasado siglos, seguro a ella le gustaban porque sino no estarian alli en sus manos, le daria un beso que era los que más deseaba en aquellos momentos, era un deseo intenso, salía de muy adentro de su pecho y aquel lugar no le decía nada nuevo.

 No sabía cómo llegó ni cómo irse. Pensó en hacer señas, dar gritos en el  desconocido parque donde sólo parecían habitar pájaros en las copas de los árboles y algunos niños correteando a su alrededor, algunas ranas chorreando agua porque llovía, ni un paraguas, ni formas de pedirlo a los transeúntes que corrían a guarecerse.

 Se dijo, me voy de aquí...ni siquiera pudo intentarlo, la lluvia fue un alivio, más bien una disculpa que se daba, cada vez era mas torpe... mas pesado...

De pronto recordó que ella lo esperaba al otro lado del parque y oyó voces que se acercaban, iban muy cerca por su lado y la vio, ella miraba a todos lados como si buscara a alguien... hasta lo miró varias veces, bien cerca, miró  a sus ojos quietos, estáticos que no le dijeron nada

Las voces de unos chiquitines que iban con sus padres lo sacaron del estupor pero no hizo caso, hablaban de una estatua, querian acercarse, se acercaron, la tocaron , se le abrazaron como hacen los niños... una niñita se la comio a besos...

-Mira, papá la estatua, parece que quiere decirnos algo...
Mirala... está llorando...
Es la lluvia que acaba de caer, hijo.
 Vamos, mamá , nos espera...
Se alejaban los chicos y con ellos la algarabía de sus risas y gritos.

¿Que hago en este lugar?
¿Cuándo fue la última vez que estuve en casa?
Entonces supo que algo muy serio le estaba sucediendo, le vino a la mente el cuento de Kafka, se dijo, no , no puede ser, esas son alucinaciones del escritor, yo soy un hombre común, del monton y hasta una sonrisita se la escapó, que pronto se trocó en un mohín de doloroso.
Era una estatua más en aquel parque desconocido, sin nombre, sin direccion, sin una placa con una fecha...
¿Por que yo?¿Por que yo? Se repetia, se repitio varias veces...

Elisa... Elisa... Elsaaaaaaa aaaaaa aaaaaa
 Había oscurecido,las hojas se movían, corrían de un lado al otro, rozaban su cuerpo de bronce
Las estatuas duermen, papa?
No!
Deja niño de hacer preguntas tontas...Camina...
El bandoneón se olvidaba de las notas y un ruido sordo salia de su acordeón.

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