El novelista francés, Gustave Flaubert, que tocó melodías en el corazón de la mujer y logró conmover a las estrellas.

Miami está en una península de Estados Unidos, la Florida, donde llueve mucho y es algo que disfruto, hoy me he quedado sola entre la lluvia, mis invitados y muchos recuerdos de cuando quise ser poeta y descubrí que leer poesía sería mi castigo por retar a las musas, por provocar la ira de los dioses del Parnaso.
Aunque éste que ahora me ronda Flaubert, el novelista del realismo francés, 1821-1888, no escribía versos y también es un enamorado de la vida como yo y le gustan los días como estos, además muy amigo de las cartas a las mujeres, que he leído muchas. Si, señor.


Bienvenido M. Gustave Flaubert, y dígame algo que me guste, recuerde que nos conocemos bien...

"Ten cuidado con los sueños: son las sirenas de las almas.
Ellas cantan. Nos llaman. La seguimos y jamás retornamos"

-Casi te adivinaba , pase y séquese, no se me acatarre... Un té caliente u otra cosa … M.
(Estos franceses … saben tocar hondo)

Voy a empezar con un fragmento de Madame Bovary, su novela emblemática, entre tantas ...
Madame Bovary (fragmento de la novela)
(...


"Tantas veces le había oído decir estas cosas, que no tenían ninguna novedad para él. Emma se parecía a las amantes; y el encanto de la novedad, cayendo poco a poco como un vestido, dejaba al desnudo la eterna monotonía de la pasión que tiene siempre las mismas formas y el mismo lenguaje. Aquel hombre con tanta práctica no distinguía la diferencia de los sentimientos bajo la igualdad de las expresiones. Porque labios libertinos o venales le habían murmurado frases semejantes, no creía sino débilmente en el candor de las mismas; había que rebajar, pensaba él, los discursos exagerados que ocultan afectos mediocres; como si la plenitud del alma no se desbordara a veces por las metáforas más vacías, puesto que nadie puede jamás dar la exacta medida de sus necesidades, ni de sus conceptos, ni de sus dolores, y la palabra humana es como un caldero cascado en el que tocamos melodías para hacer bailar a los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas. "

Sus cartas que tanto me gusta leer y aprender. creo que nunca saldré del aula y mi pupitre. Me quedé en mi tiempo que es la distancia entre mi nacimiento y mi muerte, que aunque no me guste la idea, vendrá por mi y obediente le seguiré a donde me lleve.

Ahora parte de la carta, que le escribio muchisimas, cada vez mas bellas, si es posible esta afirmación...

Agosto 15 de 1846
"Te cubriré con amor la próxima vez que te vea, con caricias, con éxtasis. Deseo atiborrarte con todas las alegrías de la carne, de modo que te desmayes y mueras. Quiero que seas sorprendida por mí, y para que te confieses a ti misma que nunca siquiera habías soñado con tales transportes... Cuando seas vieja, quisiera recordarás., pocas horas, yo quisiera que tus huesos secos temblaran con alegría cuando pienses en ellas."
(Fragmento de Carta a Louise Colet, Gustave Flaubert)

El novelista francés  siempre tocó melodías en el corazón de la mujer y logró conmover a las estrellas.

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