Del milagro de la Metamorfosis de Franz Kafk

“Querido padre:
No hace mucho me preguntaste por qué digo que te tengo miedo. Como de costumbre, no supe qué contestarte; en parte, precisamente, por el miedo que te tengo; en parte porque en la explicación de dicho miedo intervienen demasiados pormenores para poder exponerlos con mediana consistencia. Y si, con esta carta, intento contestar a tu pregunta por escrito, lo haré sin duda de un modo muy incompleto, porque, aun escribiendo, el miedo y sus consecuencias me atenazan al pensar en ti, y porque las dimensiones de la materia exceden con mucho los límites de mi memoria y de mi entendimiento”…

Busqué al hombre que estaba detrás del cucarachón, no lo logré, solo vi a Gregorio Samsa, fue entonces que cuando descubrí sus correspondencia cartas al padre, lo atrapé y pude conocerlo. Ahí estaba Franz Kafka y desde entonces, sin el cucarachón vislumbré al hombre de carne y hueso, al escritor, al hijo de un mal padre que escribio La metamorfosis (novela corta 1915) donde narra la historia de Gregorio Samsa.
Su produjo en mi el milagro, casi sin quererlo la metamorfosis de Gregorio Samsa a Franz Kafka.