Anoche vi una película argentina de Oscar Martínez, "El ciudadano ilustre", muy buena para la reflexión y para meterse dentro del personaje, no lo pensé mucho y escape por un rato a búsqueda del protagonista. Y como el bueno de don Quijote, salí trasquilada después de su batalla contra los molinos de vientos, aunque debo aceptar que también me rei y me diverti muchisimo, mesuradamente tambien me rei de mi en lo de peliculera y en los trances que tuve que afrontar junto al ilustre personaje de Daniel Mantovani, reconociendo que la experiencia es vital para aquellos que amamos un mundo sencillo, sin esos cumplidos que nos inventamos los humanos o las simplezas del hombre de pueblo que muchas veces resultan abrumadoras, con cierta adulonería, que raya en muchas veces en lo ridículo o la avaricia de algunos de los personajes de la Argentina profunda.
Aunque creo sea para todos los gustos, los invito a verla, hay escenas cotidianas, hasta algo vulgares pero despiertan las fibras de personaje y yo con el. La disfruté, porque hay desde momentos a lo Buñuel, hasta esas milongas gauchescas donde el personaje, se aparta de la pantalla para mirarte, pidiéndote que lo saques del rollo en que se metió. Y ahí es donde salto desde mi butaca y trato de salvarlo...
Es una película bien hecha, con un buen actor, con locaciones muy reales, en un pueblo argentino de las afueras, Salas, un verdadero regalo para los que nos estaríamos con estas cosas de la naturaleza humana, que no ocultan nada, la espontaneidad te agarra y si eres de una gran ciudad con sus complejidades, hasta me puse a pensar si asi me sucediera ¿Donde se agarra mi hamaca? ¿A que sitio del planeta debo regresar, ¿Jagüey Grande, La Habana, mi nueva residencia en Miami, Florida, donde reparten dinero los políticos?
El ciudadano ilustre es una película de comedia dramática argentina de 2016, dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn, escrita por Andrés Duprat y protagonizada por Oscar Martínez. La película se presentó por primera vez en la sección oficial de la 73.ª edición del Festival de Venecia, donde Oscar Martínez ganó la Copa Volpi al mejor actor.
El personaje, Daniel Mantovani, escritor ficticio autoexiliado (Oscar Martínez), premiado con un Nobel de Literatura, aburrido de la fama desecha todo tipo de invitaciones para aceptar solo una, la de su pueblo natal, en la Argentina profunda, es la excusa que encuentra Andrés Duprat , guionista de El ciudadano ilustre, para adentrarnos directos en la cultura argentina más rural.
El ilustre ciudadano es recibido con bombos y platinos por los bomberos, con un ruido ensordecedor, es paseado por todo el pueblo. En el transcurrir de los días, se van destapando, la vida de los habitantes del pueblo, sus hipocresías, su ignorancia, la politiquería y también los viejos afectos, aunque pocos, han transcurrido 40 años, unos sinceros , otros oportunistas y las costumbres rurales que chocan con el ciudadano, aunque es un tipo muy campechano y pensó, me digo, en una novela bucólica. donde toda la naturaleza se postra a sus pies.
Les recomiendo que la vean en Netflix, se van a reir, en momentos tendrán deseos de llorar y otras de salir corriendo de aquel mundo absurdo, irreal donde se han quedado encerrados y las opciones de cambio o de escapar parecen no existir.
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