Giniteando con mis miedos.



El miedo tiene un límite que me atrae, estás en el precipicio y dos opciones, lo enfrentas o huyes, si lo enfrentas te sientes bien contigo, si huyes siempre tienes un motivo, me gusta retarlo, sentir ese minuto exacto donde estás a solas contigo misma y tienes que tomar una decisión. Son momentos que se guardan en la memoria que se quedan, recuerdo cuando me propusieron para la Juventud, me sentía acorralada y dije, tengo miedo de decir que Dios no existe, tengo miedo del miedo por decir estas cosas, ellos siempre me vieron como una burguesita, sabia de eso y el miedo me salvó de ser seleccionada
 No se trata del  miedo que sentimos todos porque es un sentimiento muy humano, más bien me refiero, al minuto exacto que yo diría lo disfrutas y lo aprisionas cuando el alma y el cuerpo se desordenan y debes actuar y sientes en esas fracciones de segundos que se ha ido y te liberas, para mí esos momentos son únicos e irrepetibles y hasta siento algún placer, más bien una tesis del gusto por el miedo o el disfrute del miedo, todo un culto a los momentos en que nos sentimos frente al miedo invencibles.
 Es muy raro ese miedo que no te hace cobarde y el  mejor cómplice eres tú mismo. Cuando escribo se respiran mis miedos, así que no se asombren, son mis miedos….
Tengo miedo Señor de este amor con pecado, de morderme las uñas para poder olvidarlo. Rezaré un montón de padres nuestros y haremos un pacto. Lo sacaré de mi cuerpo, lo prometo, por la memoria de mi madre, pero no me pidas, Señor que me olvide de quererlo.
En las noches oscuras y de miedos, los negros brujos me visitan, siento las voces de mis muertos, no quiero volver a morir, les advierto… Veo risas, tengo miedo y te busco… La noche me sigue asustando, oigo voces huecas, virtuales, cibernéticas, con mayúsculas me escriben en la pantalla ¿A quién buscas?...
 Tengo miedo de mis inseguridades, heredadas de antiguos deseos que me engañaban con señales de un mundo que no existía.

georgina miguez lima ©.

Comentarios

  1. El miedo qué siempre nos acompaña. Desde la niñez lo sentimos, y lo hacemos parte de la vida. A veces nos paraliza al extremo, pero así y todo no nos queda de otra qué enfrentarlo con ganas, aunque literalmente estemos muriendo a causa de él.

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  2. no debes tener miedo, todo es efímero, nada

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